¿Desde cuándo llevamos flores a los cementerios?

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COMPRAR FLORES PARA FUNERALES – CURIOSIDADES HISTÓRICAS

Unos opinan que desde la Antigüedad, otros que el rito comenzó en la Edad Media y otros lo fechan en la época romana. Llevar flores a los cementerios como ofrenda y muestra de cariño y respeto a nuestros difuntos se remonta en la historia y ha perdurado en el tiempo en numerosas culturas, no sólo en la nuestra.

Las flores se asocian al ciclo de la vida ya desde la primera conciencia del hombre y quizá por eso (además de por su claro valor ornamental) nos acompañan en las celebraciones más importantes de nuestra vida. Están presentes en nuestro nacimiento (pues enviar flores a la madre al hospital cuando ha tenido un bebé es una de nuestras costumbres más arraigadas) y nos acompañan en nuestro momento final, pasando por ceremonias como la de graduación, entregas de premios o el matrimonio.

Hoy os contamos algunas curiosidades históricas al respecto de la relación entre las flores y la muerte y os acercamos un poco más a esta costumbre funeraria.

  • El primer enterramiento con flores: la primera evidencia fósil que se conoce del uso de las flores con un sentido funerario la encontramos en el yacimiento de Shanidar, al norte de Irak. Allí se encontró la sepultura, de hace 12.000 años, de un cazador paleolítico rodeado de polen y restos de flores en lo que se interpretó por los científicos como una ofrenda floral al difunto. Junto con esta evidencia, se han encontrado otras en diversos yacimientos europeos del Paleolítico que vienen a demostrar que el uso de las flores como muestra de respeto en la muerte viene de lejos.
  • Flores en las pirámides: un reciente hallazgo llevado a cabo en Egipto por los miembros del Proyecto Djehuty de investigación ha sacado a la luz cincuenta ramos de flores en tumbas egipcias, en lo que se supone una ofrenda floral funeraria. Estos ramos estaban formados por hojas de olivo y de árboles desaparecidos en el país, como la persea, espigas de cereales y flores de loto. Ocho de ellos se pueden contemplar en una vitrina del Museo de Luxor.
  • Tributo romano a la muerte: los romanos celebraban el 23 de mayo su fiesta en honor a los difuntos, una conmemoración muy especial descrita en el calendario de Ovidio y en la que llevaban rosas a sus seres queridos al cementerio, de ahí que el nombre del festejo fuera Rosalia. También les llevaban violetas durante la Violaria, el el 22 de marzo.
  • Disfrazar el mal olor: en la Edad Media, la profusión de flores alrededor de un cadáver, sobre todo en la carroza funeraria en el caso de las personas pudientes, servía para camuflar el olor de la muerte y del cuerpo en descomposición. En aquella época, además de existir la costumbre de velar el cuerpo durante varios días, era común tener que esperar la llegada del sacerdote para las exequias. Si su llegada se demoraba, el olor podía llegar a hacerse insoportable.
  • Reivindicación y recuerdo: eso es lo que hacen las flores mediante las que se señala un accidente de tráfico, una tragedia especialmente dolorosa o una muerte violenta. Erigir altares de flores en los guardarraíles, al pie de la vivienda de personas que han muerto en circunstancias violentas y ajenas a su voluntad o en zonas catastróficas sirve tanto para recordar a las víctimas como para reivindicar su memoria y, en muchas ocasiones, justicia.
  • La flor del tránsito: el crisantemo, llamado también Flor de Oro y bautizado así por la emperatriz francesa Josefina, esposa de Napoleón Bonaparte, es la flor más típica para llevar a los cementerios y la considerada por ello como flor de los difuntos. Su floración, entre octubre y diciembre, es efímera y simboliza el tránsito de la vida al más allá.
  • Reminiscencias bíblicas: también en los salmos está presente la relación de la vida humana con la de las flores. Así, por ejemplo, en el Salmo 103 de la Biblia se habla de que la vida florece como las flores o la hierba del camino y se va de la misma manera, mientras que en otros salmos como el 104 o el 37, también se hace referencia a ese paralelismo entre la vida (y algunos de sus aspectos, como la maldad y la envidia) y las flores.

Como veis, la costumbre de honrar con flores la muerte y el recuerdo de nuestros seres queridos no es algo que hagamos ahora solamente, aunque es cierto que en los últimos tiempos es cuando el culto funerario mediante las flores ha adquirido su máximo esplendor. Si queréis saber un poco más sobre las costumbres florales relacionadas con la muerte en otros países, os gustará nuestro artículo al respecto.

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